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El Sr. Maximiliano Pereira
El premio al sacrificio
Jorge Se?orans realizó ésta entrevista en Venezuela,en la cual el "Monito" cuenta sus comienzos y sacrificios,hasta la realidad actual,titular con la celeste sin discusión.
La vida le pegó duro al Monito Maximiliano Pereira.
Cuando estaba moldeando su personalidad, cuando era un adolescente que tenía la ilusión de iniciar su camino en el complejo mundo del fútbol perdió a su padre.
A pesar del impacto, con todo lo que implica esa situación en el entorno familiar, siguió creciendo.
Mi viejo falleció cuando yo tenía 14 años, en el momento que fui a Defensor, y se cortó la entrada de la plata en casa, entonces se hizo complicado pagar el boleto diario para ir a entrenar porque mi vieja conseguía algún laburo muy corto y mis hermanos grandes salían a trabajar y daban una mano. Con mucho sacrificio, remando, pude ocupar este lugar, rememorá el actual titular de la selección que dirige el maestro Óscar Washington Tabárez.
Atrás quedó aquel inicio en el club del barrio, cuando un amigo lo invitó a concurrir al baby fútbol de Bella Vista y el Monito se fue con los championes en la mano a probar suerte. El club del Prado lo arropó desde los seis años hasta llegar a octava división. El jugador de la selección recuerda aquellos tiempos: A Bella Vista iba caminando, me quedaba cerca, entonces no tenía que hacer ningún sacrificio. Era una diversión, concurría con mis amigos.
El destino le tenía jugada una mala pasada al Monito. Su padre falleció y la vida cambió radicalmente.
Por aquel entonces Pereira había sido seleccionado por un combinado de AUFI lo que determinó que Defensor Sporting depositara sus ojos en aquel botija menudito, que corría detrás de la pelota.
De la diversión del fútbol, de juntar las monedas para no perderse los entrenamientos, pasó al compromiso de tener que colaborar con la casa. Pereira veía el sacrificio de su madre, que tuvo que tomar la responsabilidad de conducir su hogar, y como la peleaban sus hermanos, entonces se puso la camiseta. Salió decidido a realizar cualquier actividad para llevar dinero al hogar, lo que viniera, la cuestión era colaborar. Cuando falleció mi viejo hacía changas, no era algo que lo necesitábamos para alimentarnos sino que yo sentía que podía ayudar. Pintaba casas, llevaba la quiniela a algún quiosco del barrio, pero cuando te metés en el fútbol te tenés que dedicar de lleno al entrenamiento porque no podés perder rueda.
Pereira mira para atrás y admite: La tuve que pelear mucho para llegar hasta acá, me acuerdo que a Bella Vista iba caminando, y en Defensor me daban viático. Hubo mucho sacrificio de mi familia, como una especie de pacto para ayudarme a cumplir con mi sueño de poder jugar al fútbol, hubo muchos días donde no tenía para el boleto y no pude ir a entrenar. Pero claro, después que te decidís por el fútbol no podés aflojar, no tenés marcha atrás, hay que meter, empujar, en procura de llegar, precisó el volante.
El Monito agregó: 0La carrera del futbolista no es sencilla, aunque los comentarios más habituales de la gente es que ahora está cómodo, pero antes tenés que hacer muchos sacrificios. No sabía si iba a tener suerte en el fútbol, o si debía decidirme por los estudios. Y si no tenés suerte en el fútbol tenés que ir a trabajar ocho horas como cualquier persona. Son experiencias de vida.
Justamente la vida le regala hoy al Mono una sonrisa. Juega en el plantel principal de Defensor Sporting, llegó a la selección con la ilusión de integrar el plantel y actualmente pelea desde dentro de la cancha. La pelota le permite tener un presente de ilusión.
El fútbol me cambió la vida en lo económico, tengo cosas que no alcanzaría sino fuera por el fútbol. Ahora estoy un poco más tranquilo en el aspecto económico, puedo alquilar una casa, pero no me olvido que mi familia necesita.